lunes, 28 de enero de 2008

REFLEXIONES SOBRE ENCURSO I

En Curso.

Nuestra cotidianidad esta siempre atravesando el espacio y el tiempo hacia el infinito, sin embargo esta experiencia diaria termina por poner límite a los mismos, por reconocer con elementos finitos el umbral de la percepción, ni el espacio ni el tiempo son ya atractivos a nuestros sentidos De esta manera la misión, el fundamento del arte y del artista según Natalia Gutiérrez, es el de insertar nuevas perspectivas de vida en las vidas de los que aprecian dicho acto; pues el arte no es un acto cerrado reservado únicamente al circulo de los artistas, al contrario, este ultimo debe estar dispuesto a ofrecer su sensibilidad, haciendo mas atractiva y vistosa a experiencia vital de los otros.[1]

El colectivo AguaCero se congrego alrededor del interés que produce la noción y la definición de espacio publico.

Inicialmente el colectivo fue convocado abiertamente y solo las personas que sintieron un honesto interés por el tema de conjetura, formaron y fortalecieron un escenario que permita la experimentación, la indagación, el debate, el ensamble de ideas y sobretodo la expresión de todas estas a través de la acción; este punto de confluencia es el realmente importante, pues aunque ninguno tenia experiencia y seguramente nunca se había preguntado acerca del tema, las acciones midieron el grado de compromiso y de amor por el oficio.

La primera acción realizada por el colectivo, nace como ya lo he mencionado de un crucé de varias experiencias y de los rastrojos de saberes que alimentan las creencias de cada uno de los integrantes. (…)[2]. Así, estos módulos que querían resurgir encontraron el espacio necesario dentro de AguaCero. Ahora solo faltaba vincular dichos artificios a la dinámica del espacio público.

La búsqueda de un espacio “publico” con el suficiente aire artístico es de compleja búsqueda, inicialmente se pensó en la biblioteca Virgilio Barco y sus alrededores, el espacio parecía perfecto: el ambiente propio de dicho lugar acentuaba la sensación de calma y evocación de la niñez, es un espacio público, pues hay transito de individuos etc... Después de recorrer el lugar, se pusieron las cartas en la mesa: el un bello lugar pero, primero, es un lugar donde cualquier intervención carecería de trascendencia pues el publico no es numeroso; las dinámicas del lugar no solo se verían afectadas por el objeto “artístico” sino también por la artificial convocatoria de publico, que además, podría llegar a ser no muy exitosa. Segundo, ¿que tipo de tramitología hay que realizar para poder usar un espacio de este tipo? ¿Será esta tramitología propia de un espacio publico? decidimos descartar la idea de realizar nuestra intervención en tal.

A lo largo de las reuniones posteriores, una luz brillo en el camino, o mejor dicho en el túnel: después de descartar varios espacios, volteamos nuestra mirada hacia un lugar que reunía muchas de las características que buscábamos: era transitado a diario por centenares de personas, reunía el estrés propio de las actividades humanas de la contemporaneidad y sobretodo era posible intervenirlo sin la necesidad de tramitar. El espacio en cuestión es el túnel peatonal de la universidad Javeriana ubicado en la carrera 7 más a menos a la altura de la calle 45.

Teniendo el espacio y es sustrato de la intervención (los móviles) solo bastaba sobreponer el uno sobre el otro, hacer lo correspondiente para que encajaran, Así continuamos ya sobre un piso firme; Un solo modulo no es insuficiente para los 20 metros que mide el túnel, con esta razón y Conforme también a lo que pensábamos de una intervención en el espacio publico, la obra fue pensada para que midiera los mismos 20 metros de tal espacio. ¡Debíamos realizar aproximadamente 20 módulos!

la elaboración de las piezas y el ensamblaje de los módulos fue realizada entre el 4 y 6 el de Noviembre de 2007 fueron jornadas extensas y exhaustivas, donde otra vez medimos nuestro compromiso y además probamos nuestra compatibilidad laboral.

El lunes festivo 6 de Noviembre aprovechando el escaso transito del túnel realizamos los preparativos para nuestra intervención algunos huecos y armellas fueron puestas. 5 a.m. de la mañana del martes 7 de Noviembre, el túnel aun solo y únicamente alumbrado por la luz de los focos eléctricos, pues el sol a esa hora aun no aparece. En esa ocasión éramos 5 los que, por un lado vigilábamos que ningún celador de la universidad se acercara, y por otro lado encaramados de lo que pudiéramos sonde colgamos los móviles. No eran las 6 de la mañana cuando los 20 móviles ya estaban suspendidos de una guaya.

A las 6 de la tarde del mismo día y según cuentan, nuestros queridos alambritos ya habían desaparecido.

Al reflexionar sobre esta primera intervención del nuestro colectivo considero que todo fue ganancia, el simple echo de reunirnos y hacer algo, no solo discutir, no solo debatir, sino poder reunir todo en un acto, en un momento, en un objeto, eso ya podría ser suficiente ganancia. Así que recibimos mas de lo que esperábamos, cuestionamos la noción de lo publico, y lo logramos, pues no tramitamos, algo que en un espacio publico no se acostumbra ha hacer, interactuamos con el publico, cambiamos su cotidianidad por un día, por 5 minutos, por lo que dura alguien transitando por el túnel, agredimos la naturalidad del espacio y de los roles que el túnel vive a diario, además hicimos un bello dibujo en el espacio.



[1] Gutiérrez Natalia. Cruces. Reflexiones acerca de la crítica de arte, Pág. 15-75. Alcaldía Mayor de Bogota. 2000

[2] Fragmento de texto actualmente en edición.



A. S.

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